Según datos de los últimos informes de la ONU, hay más de 40 millones de personas en todo el mundo ejerciendo la prostitución. La mayoría de ellas, de hecho, lo hace de forma voluntaria, aunque eso no quita para que el problema de la trata de mujeres y la esclavitud sexual siga siendo muy grave, especialmente en algunos países concretos. España es, para sorpresa de muchos, o tal vez no de tantos, el país europeo donde más sexo de pago se consume. Estamos, además, en el tercer puesto del “medallero” internacional. Casi un 40% de los hombres han reconocido haber pagado por servicios sexuales alguna vez. Perder la virginidad con una chica de compañía es casi una tradición en algunos lugares, y la prostitución se ha extendido por ciudades y pueblos de toda nuestra geografía. Ahora, con Internet, las chicas se anuncian en plataformas online, y lo tienen mucho más fácil para llegar a los clientes.
Es un trabajo estigmatizado durante siglos, pero sigue ejerciéndose, porque la demanda siempre está ahí. Mientras allá hombres cono necesidades amorosas y sexuales, las mujeres seguirán ofreciendo sus cuerpos para saciarles. El mundo de la prostitución siempre se pinta, desgraciadamente, bajo un prisma peyorativo. Las chicas son obligadas a prostituirse por sus chulos, o lo hacen desesperadas, porque no tienen más remedio. Los burdeles son lugares sucios y oscuros, donde además abunda la droga… Es una visión forjada a través de siglos de señalar a estas chicas como vulgares, perversas y provocadoras de todo el mal del mundo. Pero a estas alturas sabemos que son solo mujeres ofreciendo un servicio, como tantas otras que trabajan en otros sectores. Solo que ellas ofrecen algo más íntimo, más especial, más intenso en muchas ocasiones. Son amantes profesionales y han optado por este tipo de trabajo, a veces muy duro, otras también gratificante. Porque sigue habiendo muchos hombres que encuentran en ellas algo diferente, algo que sus parejas no pueden ofrecerles. En este artículo te vamos a detallar todo aquello que una amante profesional puede hacer por ti si contratas sus servicios.
Sexo de gran nivel
Evidentemente, lo primero en lo que uno se fija cuando busca a una amante profesional es que ofrezca buenos servicios sexuales. Cada escort tiene los suyos, pero cuando se es una buena amante profesional es porque se entrega por completo en la satisfacción de aquellos clientes que lo necesitan. Suelen tener mucha experiencia, porque llevan tiempo como profesionales, y han aprendido ciertas cosas, trucos o directamente servicios especiales, que hacen que un encuentro con ellas sea una verdadera experiencia irrepetible. Está claro que estar con una escort no será como acostarnos con una chica cualquiera a la que hemos conocido en un bar. A veces nos llevamos maravillosas sorpresas con esos rollos de una noche, pero si queremos estar seguros, apostaremos por una profesional.
Y es que el sexo con estas chicas es de otro nivel, sobre todo aquellas que siguen siendo jóvenes pero ya han aprendido mucho por llevar varios años en esto. Saben cuidar los detalles, y consiguen incluso que los hombres estén cómodos a su lado en cada momento. Es normal tener nervios antes de entregarnos con una escort de este tipo, pero también es cierto que ellas se van a encargar de hacernos sentir a gusto, para que podamos expandir esa pasión que llevamos dentro. Si piensas que por haber estado con muchas chicas ya lo sabes todo sobre el placer, déjate seducir por la pasión que cualquiera de estas amantes de lujo puede ofrecerte, y acabarás entendiendo que todavía te queda mucho por aprender, porque el sexo que ellas te entregan es de otro mundo.
Una amplia variedad de servicios
Otro de los puntos fuertes de estas profesionales del placer es que cuentan con un repertorio increíble a la hora de saciarnos. Desde masajes y caricias hasta el sexo más extremo e intenso, ese que ni siquiera soñaste realizar con tu novia o tu pareja. Por supuesto, puedes optar también por los servicios más habituales, como el sexo oral y la penetración, pero estar con una amante de lujo te permite escoger, en cada encuentro, algo especial y diferente. Muchas se vuelven especialistas de servicios muy concretos, como el griego o el francés, y te ofrecen una experiencia absolutamente inolvidable cuando te entregas con ellas. Olvídate de la rutina de follar siempre en las mismas posturas. Ahora tienes un millón de posibilidades frente a ti.
Realizar las fantasías que nunca te has atrevido
Las amantes profesionales ofrecen sus servicios a cambio de un pago previamente establecido, y entre los mismos también se encuentran algunas prácticas que no son tan habituales… Muchos hombres, de hecho, recurren a estas profesionales del placer para cumplir esas fantasías que saben que su pareja no querría saciar con ellos. Tal vez porque todavía tengamos muchos tabúes, tal vez porque simplemente hay chicas que no disfrutan haciendo cierto tipo de prácticas. Si quieres probar el sexo anal, el bondage o incluso cosas más fuertes como el fistfucking o la lluvia dorada, no dudes en ponerte en contacto con una profesional. Ellas sabrán cómo ayudar a disfrutar de esos servicios especiales, y tú no tendrás que buscar a una chica que seguramente no exista solo por ahorrarte un poco de dinero.
Otros servicios más allá del sexo
Las chicas de compañía son profesionales del placer, y su principal misión es satisfacer sexualmente a sus clientes, pero hay mucho más que pueden ofrecer. Si bien la mayoría de los chicos que las contratan buscan precisamente esos servicios morbosos y sexuales, también hay otros muchos que simplemente quieren compañía. Alguien con quien disfrutar de una buena charla, o con quien acudir a cualquier evento elegante, provocando la envidia de todos. Las trabajadoras sexuales también ofrecen este tipo de servicios, convertidas no solo en escorts sino también en acompañantes, y de hecho, muchas de ellas son realmente elegantes, educadas y tienen un saber estar exquisito.
De ahí que algunas de estas escorts tengan esa doble cara, la de ser muy intensas y viciosas en la cama, pero luego, en la calle, poder comportarse como auténticas princesas. Son chicas muy versátiles y completas, que se adaptan a lo que los clientes necesitan, a la situación que se de en cada momento. Y es que no todo en esta vida tiene que ver con el sexo, y a veces solo necesitamos a alguien que sepa escuchar, que nos ayude a superar un mal momento, o que nos acompañe de forma incondicional. Será a cambio de dinero, claro está, pero estas chicas pueden llegar a ser un consuelo sorprendente para muchos hombres que tal vez son incomprendidos por el resto de mujeres.